domingo, 11 de febrero de 2007

sábado, 3 de febrero de 2007

En la tierra de las Dragon Flys (II)



ES - "¿Es un espejismo o estoy alucinando?"
P - "Si estás viendo un chiringuito en forma de pulpo al lado de la carretera, tienes la misma visión que yo"
M - "Visión o no, necesitamos líquido"

Pues resulto ser una tienda con el techo hecho a base de graciosos pulpos rojos de plastico. Lo que vendían creo que os lo podeis imaginar. Lo que no me pude imaginar es quien compra pinchos de pulpo en una carretera perdida en mitad de la montaña (aparte de locos extranjeros como nosotros)

Tras muchas, muchas, muchas vueltas, y por supuesto ignorar el "je!" P "ese", acabamos llegando a Aso-yama. Y menudo espectáculo, así como Tenerife, pero a lo bestia. Una caldera de 80 kilometros, y un lago lleno de azufre y echando vapor (porque claro el volcán está en activo). Si venís a vistar esto, os tengo que llevar.

¿Y sobre las moscas dragón? Bueno, en Europa son unos insectos que miden 4cm son finitos y aparacen de uno en uno. Impresionan mucho mas cuando miden 7cm, son gordas, y hay cientos de ellas. Si os imaginas toda la escena, parecia la pelicula "viaje al centro de la tierra"

Total, fue un dia de lo mas agradable... salvo cuando le ofrecieron a P para cenar, carne
cruda de caballo... lo que no le hizo mucha gracia.

Os mando una foto y otro dia mas.
Ja mata ne.

B.

viernes, 2 de febrero de 2007

En la tierra de las Dragon Flys

Bueno, al grano.
Alli estaba yo, en un coche acompañado por la pareja inglesa que está sufriendo las mismas aventuras que yo, dispuestos a alcanzar la cima de la isla, donde se supone que hay un lago lleno de vapores de azufre, y la caldera mas grande del mundo.

Pero claro, no íbamos a seguir la ruta tradicional como haría cualquier turista sensato, no, decidimos ir dando un rodeo para ver el paisaje. Total teníamos GPS.

Pero teneis que conocer a mis companyeros antes de que siga con la historia.

-Él: M, 30 años, inglés con cara de inglés, aires de inglés, pero... loco por los ordenadores, y
motero de corazón. Por supuesto motos japonesas.
-Ella: P, 50 años casada con M (las hay con suerte, ¿verdad chicas?), también motera de corazón, y de profesión; entrenadora de caballos. (Uno se encuentra a gente de lo más variopinta por el mundo)

Tras las presentaciones prosigo:
Estabamos en el coche camino de la montaña, seguros de nosotros mismos porque M, conocía el camino, lo que no nos había avisado es de que sólo conocía los primeros 3 kilometros, los otros 30 los teníamos que encontrar.

Yo me quedé sorprendido al ver que el GPS marcaba carreteras en las que malamente pasaban dos coches, pero que tristeza la mía cuando descubrí que esas carreteras eran las nacionales (esto es el Japón rural por si no os habíais dado cuenta), tras ello observé con preocupacion en el GP "ese" como el puntito que se suponía era nuestro coche se adentraba en una carretera que no existía y era rodeado por la nada... (habéis leido "la historia interminable", pues yo he
sentido la nada a mi alrededor).

Las primeras dos horas de estar perdidos por la montaña fueron divertidas, el paisaje es alucinante, y cada vez que te cruzas con un coche es una aventura. Pero he de decir que la quinta vez que pasamos por el mismo cruce y empecé a sentir los efectos de la deshidratación me dejó de hacer gracia.

Aunque como todas las buenas historias la nuestra también acaba bien, (¿o no?).

sábado, 27 de enero de 2007

Y este es el famoso traje de sala de limpio...


Ni lo comento porque se comenta él solo...

martes, 23 de enero de 2007

Estoy echo un japo...

Sí, sí, como sashimi, no sushi, que el sushi es sólo para turistas, yo ya pescado crudo y sin nada de arroz. Y es que creo que me estoy volviendo japonés. Lo cual no me sorprende, porque ya tenía mucho ganado con eso de comer cosas raras, practicar karate, y hablar de una forma incomprensible.

Si me vieseis, no me reconoceríais. Ya como sólo con palillos, sorbo la sopa, saludo como si me doliese el estómago en vez de dar la mano, y aquí estoy, ¡en el trabajo a las 8 de la noche! (¡como más de la mitad de mis compañeros!), y creo que pasaría desapercibido, si no fuese porque el traje de sala de limpio me llega por el codo en lugar de la muñeca, y los pantalones me sientan como a los toreros. ¿Os imagináis un atuendo a medio camino entre banderillero y
astronauta? Así voy yo, marcando... estilo. ¡Olé!

Pero bueno, no quiero que se me olvide felicidar a las que celebran cumpleaños en un día como hoy, ni dejar de agradecer a los que me dicen que se lo pasan muy bien con estos mensajes, digo relatos históricos.

Estoy muy tentado a hablar de Jimmy, pero algo me dice que es mejor reservar esa historia
dramático-cómica-gore-romántica-Almodovar para un correo monotemático, así que paso a continuar por donde lo dejamos... la montaña de fuego, tierra de las moscas dragón.

Y sí, sé que dragon-fly se traduce como libelula, ¿pero es que no habéis oído hablar del dramatismo poético? (o algo parecido), cómo voy a vender mis memorias si aliñarlas con esas pequeñas libertades literarias.


CONTINUARÁ

lunes, 22 de enero de 2007

Donde las Crónicas del sushi se encuentran con las de la Kartoffeln

Hace tiempo que quería yo poneros una buena foto de sushi y mira por donde la oportunidad de hacerla me ha surgido al lado de casa...




Este fin de semana hemos descubierto un buffet libre de sushi... con pescado de verdad. A pesar de que el sushi era estilo americano, a nosotros nos ha parecido estupendo. Eso sí, tengo un empacho de pescado crudo que no se me va a quitar en un par de semanas...

sábado, 20 de enero de 2007

En Japón hay Mc Donalds

o más bien "Maku Donaruso" como se puede leer claramente en el cartel...



Y este es el aspecto que tenía la galería comercial de nuestra ciudad, bueno, en realidad eran dos calles enteras parecidas, con un techo para poder pasear sin mojarte en la época del monzón y varios pisos de tiendas y restaurantes.



Del bicho no os pongo fotos porque salió huyendo antes de poder ser fotografiado (o eso dice el Santo)

jueves, 18 de enero de 2007

Crónicas del sushi (II)

Así estaba yo, observando el menu de sushi del McDonalds, pensando que en la zona comercial ya estaba seguro, cuando desgraciadamente pisé un insecto. Claro vosotros pensareis que esta va a ser una historia asquerosa con la tripas esparcidas y todo eso, pero es que no habeis estado por aquí. Si alguien iba a tener sus tripas esparcidas en ese encuentro sería yo.

Seguro que conocéis como son las chicharras en España, y que hacen mucho ruido en verano, bueno pues las de aquí tienen altavoces, o eso pensaba yo. Cuando pisé ese mastodonte en vez de morir como haría un insecto europeo, salió volando con sus 6 cm de tamaño y montado un escándalo terrible, que afortunadamente ahogó un poco mi grito de pánico, eso sí, no lo suficiente para que hubiese un cachondeo general.

Y es que esta claro que no empiezo con buen pie. Y lo peor es que al dia siguiente iba a ir a la
montaña de fuego, tierra de las moscas dragón (dragonflies off course).

Pero esa historia tendrá que esperar hasta otro día.

Oyasu minazai.

miércoles, 17 de enero de 2007

Fotos para la crónica de ayer...

Os las estoy espaciando un poco para que duren más...

Foto de la habitación con tatami, con el papel de periódico protegiendo (creo que esta es la casa que nos quedamos al final).


Un detalle de un cuarto en que se ve un trozo de tatami...


Baño a la japonesa... no es sólo que el Santo es altísimo... estos lo miniaturizan todo, desde los mp3 a las duchas.

martes, 16 de enero de 2007

Crónicas del sushi (I)

¿Oh, qué habrá pasado?, no hemos tenido ninguna información en los últimos días. Seguro que hemos perdido al Santo, andando solo en un país tan extraño, con todos esos peligros, y con lo
poco espabilado que es él!!

!Pues no! No empecéis a celebrar tan pronto, que sigo por aquí. No sólo eso, sino que ahora tengo más energías que antes, porque este fin de semana he vivido buena parte de "Viaje al centro de la tierra", con volcanes, nativos e insectos gigantes, aunque todo a su tiempo.

Continuemos con lo que uno de los lectores ha denominado "crónicas del sushi"

Mi fin de semana empezo visitando casas. Lo primero que descubres es que si los ingleses son raros midiendo en pies y pulgadas, los japoneses los superan midiendo en tatamis = 1.63 m2. Pero con lo organizados que son ellos, lo que hacen es construir las habitaciones a base de tatamis, que tiene un tamaño prefijado. Resultado hay sólo tres tipos de habitaciones.
A cambio, el tatami mola un monton. Esta hecho de tela y paja (o algo parecido), y resulta de lo mas cómodo para andar descalzo. Ni se os ocurra entrar a una casa japonesa con zapatos, uno se descalza a la entrada, incluso en la fabrica (eso sí nos dejan unos monísimos zapatitos blancos).

Otra cosa que se descubre en las casas japonesas, es que los japoneses son pequeños, y lo fabrican todo en proporción. Nunca me he sentido más como Gulliver en Liliput, tres cabezados con los marcos de las puertas te hacen aprender, rozar la escalera del piso de arriba me asustó un poco, pero lo de sentarme en el baño y casi caerme !no me gustó nada!

Tras mirar casas tambien el sábado, me quedaron ganas de seguir con las aventuras y pasé a investigar el centro de la ciudad. Lo primero que me llamó la atención, fue la cantidad de gente con paraguas (a 32 grados, 90% humedad y un sol de justicia), pensé en reirme de ello, pero tras mis últimas experiencias, he decidido ser precavido. Tras 30 minutos bajo ese sol, yo también queria un paraguas para protegerme.

lunes, 15 de enero de 2007

Y otra sesión de fotos...


Hoy el castillo de Kumamoto... Mañana, nueva crónica...

domingo, 14 de enero de 2007

Puntualización

Creo que sobre la crónica anterior me resulta imprescindible puntualizar que el terremoto mencionado fue de casi siete grados en la escala Richter y salió en los telediarios... El Santo es realmente un tipo optimista...

Hasta que entren en escena mis crónicas propias, creo que voy a dedicarme a meter este tipo de comentarios y a dejar fotografías... no puedo resistir estar callada. En la imagen, foto del famoso baño con los múltiples botones...

Entre sake y terremotos

Todo empezo ayer cuando al terminar el trabajo, me llevaron a cenar por ahí. Ante la pregunta de qué tipo de comida me gustaba, no pude evitar responder con mi acostumbrado entusiasmo, !que toda!, pero que en este caso no iba a desaprovechar la oportunidad de ir a un sitio japones.

Y no me decepcionaron. Lo primero es la cara que pusieron todos cuando vieron que iba a entrar con los zapatos puestos... me salvé por un segundo, si venís a Japón vais a enseñar mucho los calcetines.

Lo segundo fue intentar sentarme en la mesa de 10cm de altura. No debería tener problema, porque muchas veces ceno en casa sentado en la alfombra, pero cuál fue mi sorpresa cuando !casi me caigo debajo de la mesa! Y es que tiene truco, la mesa tiene un agujero debajo para
que te puedas sentar en el suelo como si fuera una silla.

La comida excelente, por supuesto preparada muy bonita. Con sus más y sus menos, sushi, pollo frito con queso, verduras... y de lo exótico la lengua de caballo está muy rica, pero el cartílago de pollo frito definitivamente no me gusta.

Aunque claro, si habéis leído memorias de una geisha, sabréis que una comida con 6 japoneses sin sake no es nada. Pero estamos en el Japón moderno, y en vez de sake, tomamos una especie de aguardiente de arroz, unas cuantas botellas... Suerte, que a diferencia de los irlandeses, estos beben durante y después de la cena. Pero baste decir que estábamos todos muy contentos.

Después, en vez de llamar a un taxi como en el resto de los países, llamaron a un denki (creo que se llamaba), básicamente vienen dos personas en un coche, cojen tu coche, y te llevan en tu coche hasta casa. Buena idea, ¿verdad?

Como habéis podido imaginar, no estaba yo muy preparado para oir la alarma a las 6:30 el dia
siguiente. Aunque la madre naturaleza vino en mi rescate. Un pequeño terremoto agitó un ratito las paredes suavemente para despertarme. La verdad es que podía haber sido una mosca paseandose, y los japoneses le hubiesen hecho el mismo caso. Pero a mí me dio un
buen susto porque pensé que tenía una resaca terrible y me temblaba el cuerpo!

Mañana me voy a ver apartamentos, ¿qué aventuras me esperan?

Continuará...

sábado, 13 de enero de 2007

Empecemos por algunas anécdotas

Pues como os podéis imaginar, me ha faltado tiempo para empezar a sufrir esas aventuras que ocurren cuando viajas a los extranjeros.

Lo de ponerme el kimono, lo llevo muy bien, lo de descubrir que no habia memorizado bien cual es el kanji para hombre, y para mujer mientras pulsaba los distintos botones del retrete, fue algo un poco más... refrescante.

Y es que por estos paises uno se da cuenta de lo que son los tópicos. Por ejemplo, nos creémos que en España hace calor, !falso!, probad a salir a correr a las 7 de la mañana para descubrir que hay 30 grados y 90% de humedad.

A cambio, hoy he visto un programa en la tele en el que enseñaban español. Ahi les tenías declinando el verbo "realizar" (me pregunto para que quieren saber esas palabras), poniéndoles entrevistas en perfecto mejicano incomprensible, y con un japones "el matador", vestido con un traje de torero de coña.

La verdad es que ha estado muy bien echarse unas risas a primera hora de la mañana.

Que me deparará mi segundo dia....

La historia de las crónicas del sushi/sashimi

En el 2003 una pareja de aguerridos españoles fueron mandados por la empresa de uno de ellos a pasar una temporadita al Japón. Lo que sigue a continuación es una crónica de los casi dieciocho meses que entre los dos pasamos por aquellas tierras...

Las crónicas marcadas como "sushi" han sido redactadas por el santo, mientras que aquellas que aparecen como "sashimi" son de cosecha propia...